Apago la luz, desconecto el teléfono. Enciendo mis auriculares y decido sumergirme de lleno en el nuevo disco de Beach House con grandes expectativas. Me siento dispuesto a bailar, a saltar, a menear mi cabeza como un hepiléptico... no lo se. No se que me voy a encontrar. No se si me va a gustar. Simplemente me introduzco unicamente en esto. No tengo que pensar en nada más. 10 canciones. 50 minutos.
Recuerdo haberme sentido así cuando lo escuche por primera vez, sorprendido, puesto que las primeras noticias era una posible publicación para el mes de mayo. Nunca pensé que lo tendría machacado y rayado a finales de marzo.
Y ya hablando de música, y de "Bloom", tenemos que decir que la bienvenida primaveral con la que nos ha deleitado el dúo de Baltimore ha resultado cubrir mis expectativas. Siento que los norteamericanos siempre cantan con el freno de mano echado. Nunca parecen querer acelerar y siempre puedes llegar a suponer que el ritmo de sus canciones puede ser más acelerado. Pero después de varias escuchas, entiendes que es ahí donde está el encanto. Donde Beach House muestra todo su potencial. Combina su misterio con grandes raciones de sensualidad, aportadas sobre todo por la voz de la desaliñada Victoria Legrand.
¿Y a qué sensualidad nos podemos referir? Por supuesto, no hablamos de nada grotesco. Se trata de algo más inocente. Ritmos de tiempos soleados, de los primeros días de calor. Y de los primeros días de la propia pareja, puesto que no se alejan demasiado de la línea que marca su carrera. No vamos a descubrir una nueva faceta de Beach House. No han probado con nuevos sonidos y con riesgos innecesarios. Les gusta la música que hacen, y quieren seguir sonando a modernos.
Modernos que algún momento viajan al espacio exterior ("Wild" me parece el mejor ejemplo), no para hacer música futurista, si no para llevarnos a un viaje melódico más avanzado y desarrollado. Una exquisitez de tema, y una exquisitez de estilo que convierte a "Bloom" en una combinación de gardenías, estrellas, nebulosas y margaritas, relativamente fácil de encontrar en nuestros días en el mundo de la música, pero difícil de disfrutar a tan alto nivel como el que demuestran Beach House.
Y para finalizar también quiero destacar ciertos toques de grandilocuencia en algunas de sus canciones, los cuales agradezco infinitamente. El adelanto "Myth" o "The Hours" denotan grandes dosis de altisonancia. Otros temas parecen ciertamente altivos, y se pueden encontrar un énfasis en recrearse que a veces no cuadra demasiado bien con el resto de una discografía. Estos últimos patrones los he notado, mayoritariamente en "New Year".
"Bloom" es un gran trabajo que llega en el momento justo de la carrera y en el momento justo del año 2012. Arranca un sol que podrás ver en una casa en la playa, en tu casa escuchando buena música, o en el Primavera Sound, puesto que Beach House forma parte del gran cartel del festival catalán.
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