La cantidad de material, estilos y talento que esconde "Ensayo sobre la Generación Perdida por Anicet" ha sido toda una sorpresa para mí, y empiezo a creer que es necesario que todos nosotros escuchemos sus canciones, por que creo que se ha convertido en un disco de cabecera para mí y puede ocurrir lo mismo en más gente.
Lo primero por lo que me alegro de la calidad de este disco, es por que los seguidores que han financiado a través del crowdfunding se habrán visto tremendamente recompensados con el resultado final. Y eso es muy importante. Benjamín Villegas, cabeza pensante y visible de Anicet, ha hecho feliz a un montón de personas. Eso no tiene precio.
Como ya he podido descubrir en una entrevista realizada a Benjamín Villegas me explicaba que el disco tiene la pretensión de ser la biografía de un integrante de esta generación, y la muerte de Benjamín Villegas no es otra cosa que el punto de partida, y a la vez, la desaparición de su inocencia. Todo esto se refleja en canciones escritas sobre historias realmente próximas, que casi cualquier persona de su edad ha vivido ("El último mate de Quique Villalobos" es buen ejemplo, pero existen referencias en la totalidad de los temas. Desde el codazo de Tassoti hasta un padre enseñando a afeitarse a su hijo, que es como se cierra este LP).
Hay cuatro interludios que separan su propia biografía. "Introducción" abre el disco, "Epílogo" lo cierra, y "Acotación I" y "Acotación II" separan infancia de adolescencia y de edad adulta. Todo ello da un mayor sentido a la historia y permite una mejor comprensión de las letras, que van cuadrando perfectamente con el desarrollo de una vida, y con la evolución social que hemos podido tener cualquier ser humano nacido en este país a finales de los '70 hasta mediados de los '80.
Musicalmente, Anicet tiene muchos rasgos pop post modernos, que se cruzan y conviven con un germen cinematográfico constante. Quiero decir, que por los oídos entra la música, pero Anicet consigue constantemente que la imaginación del oyente convierta las canciones en distintos cortos en su mente. La vitalidad de los estribillos, y la naturalidad acústica en gran parte de los inicios de las canciones son otros importantes detalles. Por otra parte, destacamos el alto nivel de guitarras de la práctica totalidad de las canciones, otro gran rasgo definitorio. A veces sutiles, a veces adornando las canciones con rasgos folk, y a veces hardcore, apostando por el grunge, un estilo que no debe faltar en alguien de esta generación. Todo vale y todo es compatible.
La voz femenina que colabora con Benjamín Villegas es la de Yacine Belahcene, voz de Cheb Balowski. Y algo más que hay que destacar es el espectáculo audivisual que lleva a sus conciertos, algo que no he podido experimentar (de momento), pero que me recomiendan insistentemente. Todo ello, y ya llegando al final de la reseña, me hace pensar que apenas veo cosas negativas en este disco. Y esto puede ser por dos motivos: mi faceta crítica está en decadencia (que puede ser) o estamos ante uno de los discos del año para mis oídos.
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