Hecho de menos aquellos días en los que la música sonaba con guitarras raidas y baterías rotas, disfrazando letras profundas y melodías inteligentes. Cuando la etiqueta brit-pop tenía algún sentido, y por eso ahora agradezco una infinidad que un artista me envie a aquellos tiempos pasados, que como digera Jorge Manrique en otro contexto, fueron mejores.
Y más puros, posiblemente también. De eso podemos hablar cuando escuchamos la música que Miles Kane es capaz de crear. Ahora nos llega con un EP de cuatro temas, trabajo que lleva por título el mismo que la canción apertura: "First Of My Kind". Un pequeño EP que hace las delicias de sus seguidores y le convierte en un artista capaz de llenar dos horas de directo, puesto que uniendo estas canciones junto a las que componen su anterior trabajo en solitario "Colour of the Trap", ya puede presentar un set-list completo y propio.
Aunque es asumible, no nos paramos a analizar los temas de "First of my Kind" por separado, y nos quedamos con lo importante: las raíces. Miles Kane no tiene vergüenzas en su pasado. The Little Flames fue sus inicios más conocidos, donde siempre aparecía en un segundo plano detrás de Eva Petersen, quien ponía voz al grupo. Encontró un mayor nivel de reconocimiento con la formación que lideró durante un breve, pero intenso, espacio de tiempo: The Rascals. La mayor parte de sus integrantes venía arrastrada de The Little Flames, y es aquí donde se intensificó una fuerte amistad con Alex Turner.
De esta relación nació el por todos conocido disco de The Last Shadow Puppets, en el que ambos publicaron en común aquello que les vino en gana. Aquellas canciones que necesitaban exhibir para mostrarnos sus inquietudes e intimidades, y hacernos pensar que el término brit-pop, con el que comenzábamos esta reseña, es susceptible a distintas mutaciones y crecimiento, a la vez de rememorar viejos sonidos, imprescindibles para seguir viviendo (musicalmente hablando).
Después de este análisis de su carrera, llegamos al punto en el que Miles Kane decide comenzar en solitario. Y una vez más, debemos agradecer el estilo que luce. O mejor dicho, los estilos. Rock 'n' Roll con todos sus derivados y benditas contaminaciones que le han hecho crecer hasta nuestros días. Rasgos garage que dan sentido a unas guitarras no siempre felices por el deficit de utilización que sufren. Sonido sixties mostrado desde el primer segundo y las influencias brit que en los '60 arrasaran, en los '90 resucitaran, y ahora tengamos que rebuscar como desesperados.
Miles Kane se confirma con "First of my Kind", en uno de los máximos exponentes actuales de la cultura brit. Se convierte en un cantante capaz de hacernos retrotraer 20 años musicales para rezumar felicidad al escuchar nuevo material de auténtico brit rock. ¡Nos hacemos mayores, amigos!. Y no siempre deseamos ver naves espaciales y teléfonos móviles capaces de volar. También queremos recordar aquellas guerras Oasis Vs Blur o Rolling Stone Vs Beatles. Los botines, el ser peor persona por fumar en plena canción y follarse a la groupie de turno. Puede que Miles Kane no haga todas esas cosas. Pero escuchando su música, te hace vivirlas y recordarlas.
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