lunes, 9 de abril de 2012
The Mars Volta - Noctourniquet
Ya pueden ponerme la camisa de fuerza
by: el hijo de Enoz
Nos ponemos el disfraz de locura para escuchar "Noctourniquet", el nuevo disco de The Mars Volta. Hacemos los mismos entrenamientos que Fernando Alonso, para aguantar los movimientos de cuello. Y es que la fuerza G de este disco es brutal. Una fuerza elegante, difícil de encontrar.
Varias fueron las veces que intenté arreglar los problemas de sonido de mis altavoces, hasta darme cuenta de que los tejanos habían decidido dar rienda suelta al desorden y habían desatado la caja de los truenos para elaborar unos líos musicales de mucho cuidado.
No me costó demasiadas escuchas entender que realmente, el rock progresivo que tenía entre manos, es puro talento. Que Cedric Bixler-Zavala sólo pone su voz cuando es estrictamente necesario, dejando que el puertorriqueño Omar Rodríguez-López, la otra mitad del grupo, de forma a la esquizofrenia con sus guitarras, no siempre potentes, pero en la mayor parte de los casos tan inoportunas e inesperadas, que parecen estar en plena guerra civil con la percusión.
Hablamos de detalles musicales como si fueran seres humanos. Empiezo a creer que puede ser uno de los efectos secundarios de escuchar "Noctourniquet", trabajo en el cual, por cierto, se agradece la desaparición de los temas extravagantemente largos que hacía casi inaguantable "Amputechture", disco del 2006 de los estadounidenses.
Y hablando del pasado, recordamos que hablamos de un grupo al que parece perseguirle su disco "DeLoused in the Comatorium", del que ya hace tanto tiempo, que no merecen el recuerdo. The Mars volta buscan en su interior canciones, pero llevándote a ecosistemas musicales realmente externos. La propia portada es una declaración de intenciones, siendo tan futurista como el estribillo de "Aegis", el desorden de "Dyslexicon" o el comienzo de "Vedamalady", canción que aporta la tranquilidad de la visualización del espacio exterior.
Como valoración final, decir que lo estrambótico en la música casi siempre es sinónimo de originalidad. En el caso de The Mars Volta y su disco "Noctourniquet", no veo más que agudeza musical. Con el paso de las escuchas, llego a entender que estamos ante una locura clarividente. Que un día, alguien puede cerrar los ojos y entender que las canciones farragosas pueden llevar al oyente a tal nivel de confusión. Que cuando se quiere dar cuenta ha descifrado todos los enigmas musicales en los que se encuentra.
Con todo el dolor de mi cuello y toda la incomprensión del mundo, mi razonamiento me está diciendo que hacía mucho tiempo que no escuchaba algo así. Gracias The Mars Volta. Ya me pueden poner la camisa de fuerza.
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