Me ha dicho el tontito de mi jefe que me tengo que volver a presentar. Soy Jaqui Miyaki y vivo para quejarme, protestar, criticar y decir lo que pienso, sinceramente, tendiendo a la exageración. Ahora escribo en este blog para desfogarme y hacerle la vida más sencilla a mi entorno (con mis padres a punto de renunciar a mí, y con "amigos" sin derecho a roce... más me vale).
Hoy os voy a contar lo que pienso de alguien super kuki: Lana del Rey. Y antes de empezar con la crítica, quiero apuntar directamente a los medios de comunicación que la han engordado como a una gocha de mi pueblo. Han hecho de ella un fenómeno de masas cuando aún no había demostrado nada. Mostrais un criterio deleznable. Asqueroso.
Perdéis las oportunidades con miles de grupos trabajadores, que se vuelcan en la música y que tienen talento real, y le dais cancha a este tipo de productos prefabricados. Ahora la criticáis hasta la saciedad, y ese es el juego que os hace felices y que a mi me hace vomitar.
Para todos aquellos que no lo sabéis, Lana del Rey no siempre ha sido Lana del Rey. Antes era Lizzy Grant. Y en sus canciones no se respiraba el fin del mundo que ahora nos muestra en su disco "Born to Die". En los límites del mundo, se necesita una fuerza y profundidad, un convencimiento que no es escucha. Cuando oigo el LP de Lana, se me caen los párpados y me parezco a Alex Ubago. Me vuelvo una persona aburrida y pálida.
La nueva gran voz femenina, la salvadora del mercado de la música, la imagen que llenará las paredes y los posters de la juventud de hoy en día, es como si sonase el timbre de tu casa, y cada vez que abrieses la puerta estuviese el más allá. La elección de el cielo de los pijos y el infierno, con unas grandes llamaradas rositas que en vez de quemar, se convierten en algodón de azúcar. Cualquiera de las dos elecciones serían rechazadas por cualquiera de nosotros, exactamente igual que cualquiera de nosotros vamos a rechazar "Born to Die" por no ser ni lo suficientemente bueno, ni lo que es mucho más lamentable, lo suficientemente malo.
Reconozco que en sus primeros temas, Lana no daba esta impresión. Personalmente a mi esta chica me parecía que iba tarde. Tiene una moda descubierta por mi abuela hace más de medio siglo y mejorada por algunas de mis amigas ahora. Lana chica: vas tarde.
Definirla de frígida fingida sería demasiado fácil, pero no la conozco personalmente. Definirla como una albina de apariencia centenaria me parece más justo, aunque puede ser su predisposición ante las cámaras. Si fuese calva, si no se maquillase, si sus prefabricantes hubiesen hecho bien su trabajo, si sus compositores no crearan el armagedon en cada una de sus palabras y si supiese cantar, puede que Lana del Rey molase.
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