domingo, 16 de enero de 2011

Crónica del Room de Standstill en Valladolid

Desde el prefacio hasta el epílogo: UNA OBRA MAESTRA

by: el Hijo de Enoz



"Suena el teléfono. Yo ya se quién es. Malas noticias. Mira que hora es!"

15 de enero de 2011. Auditorio Miguel Delibes de Valladolid. 600 butacas ocupadas para ver el concierto Room de Standstill. 600 afortunados seres humanos que vivieron una experiencia dificil de describir, aunque con nuestra pequeñez lo intentemos.



"Se afeitaba aún de noche. Nunca llegó tarde"

Para todo aquel que no sepa quienes son Standstill, les recomendaría que se lo hicieran mirar. Y los que no sepan lo que está haciendo este grupo catalán con sus directos estilo room, hay infinidad de webs, foros, críticos muy sabios y demás que se lo explicarán. Yo diré simplemente que tocan las 20 canciones del disco "Adelante Bonaparte", un disco ambicioso que llevado al acústico luce como ningún otro evento musical que haya vivido.



"Odias lo que podías ser. No me escuchas"

Resaltamos la proximidad al grupo, sentirte parte del evento. Guardar un silencio respetuoso que con el paso de las canciones se convierte en emocionante. No poder quitar tu mirada de las imágenes que por detrás "circulan". Ver ese relieve que dan las guitarras, las percusiones, el xilófono, las barbas, los rostros. Ver la realidad y la pureza llevada al escenario. Darte cuenta de la complicidad que el grupo tiene. Ver una sonrisa natural. Como se cruzan en el escenario para cambiarse los roles. Y pasar a tocar otra canción.



"El motor de mí sólo quiere bailar"

En este foro tenemos muchas debilidades (somos acusadamente débiles). Pero el sentimiento hacia Enric Montefusco nos cuesta definirlo. No es amor por que está menos contaminado. No es amistad por que no tenemos relación. No es fanatismo por que no somos así. Y después del Room, creo que le podemos describir como un compañero de camino que nos proporciona mucho bienestar sin pedir nada a cambio. Y este compañero de camino ayer nos dió la espalda durante casi 2 horas, como hacía Jim Morrison con sus Doors. Y para nadie eso es una falta de respeto. Muy al contrario, ves que él mismo disfruta de las imágenes para sentir mejor lo que canta. Bien acompañado en el escenario, parece que se va a comer el mundo sin apenas abrir la boca. Sus canciones emocionan y su trabajo después de tantos años ha madurado y crecido hasta convertirse, para mi y para mucha más gente, en algo más próximo a la adicción que al gusto.



"La vida es un elefante que sólo sabe ir hacia adelante... contigo"

Puedo intentar explicar algunos momentos emocionantes, como el prefacio y ese "Hombre Araña" que cuenta el miedo desde otro punto de vista. El comenzar de "Vida Normal" y como cada instrumento solapa perfectamente con el siguiente que se incorpora a una canción enorme, que crece hasta convertirse en avalancha musical. Las imagenes de "B. Observa los Fuegos Artificiales", y observar como Enric mira a las pantallas, mientras el xilófono acompaña las pequeñas explosiones. La increible eclosión de "Adelante, Bonaparte" y el fin de la 1ª parte del disco "I. Algunos recuerdos significativos de B." para acompañar con nuestras palmas el comienzo de "II. B. Pasa de Quere Comerse el Mundo a Esconderse en una Pequeña Parcela". Ver a Ricky Lavado (todo un espectáculo durante el concierto) como susurra "Cobarde Pecador" y "Morireis Todos los Jóvenes". La sensibilidad infinita de "Cuando ella toca el Piano" para comenzar "III. El corazón de B. Despierta". Darte cuenta cuando empieza "Hay que parar" que el concierto está acabando, y a la vez comprobar que la influencia canina en este momento de la carrera de Standstill es enorme. Y el final, la despedida. La negativa a un bis para cerrar una obra y no querer decorarla para conservar su autenticidad. Su poder. Ovación cerrada, todos depie. Fin.



"La vida es domingo. Canción sin fin."

1 comentario:

  1. Buena cronica!
    Mi version de los hechos en http://echocord.blogspot.com

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