lunes, 12 de diciembre de 2011

En concierto con THE ZOMBIE KIDS

En la Sala My Way de Valladolid junto a Stealwater y David Van Bylen

by: el Hijo de Enoz



Este sábado estuvimos de concierto. Y un evento no muy habitual: The Zombie Kids. Y decir que ir a un concierto así es sinónimo de locura. Imprescindible resulta afrontar el día como un/a bestia. Imprescindible el alcohol, necesaria la locura y comprensible el consumo de "ayudas externas".

Antes del concierto, había que ir calentando el ambiente. El partido de fútbol, el derby por excelencia, el clásico lo ganó el que parece ultimamente que lo gana todo. Lleno de chiquitos que entrarían por la puerta pequeña del Imaginarium, el Barcelona jugó mejor. Aunque esto no siempre es importante. El Madrid ganó en belleza, salió mejor peinado, mejor vestido, elegante, bonito de ver... Esto, como las elecciones, se trata de que todos ganen, ¿no?

Después del partido, comenzó a pinchar grandes éxitos el bajista de Stealwater. La banda pucelana estaba por allí al completo. Su cantante incluso subió a corear algunos éxitos con su compañero. Me recordó al Pressing Catch cuando era pequeño. Un luchador y detrás, un compañeró que nunca hacía nada más que tocar los cojones. Este no fue el caso, y sólo actuó como ayudante moral. Unos benditos.

Después de Stealwater Dj Set, le tocó a David Van Bylen buscar los temas que hicieran mover a la gente. Abandonó a sus compañeros de Estereotypo por un día para deleitarnos con algunos de sus remixes más conocidos. Comencé a ver cosas extrañas por la sala, y decidí salir a tomar un poco el aire. Fumar un cigarro, beberme la copa que me quedaba, pedir otra y volver a intentarlo. Las cosas extrañas cada vez eran más grandes y raras. Nubes policromáticas meando para arriba y cosas así. Supuse que fue mi pedo. ¿David Van Bylen? Me hizo moverme y mamarme. Entre él y el alcohol me puse con el toque adecuado.



Y de repente: "Face". Todo cambia en la vida de una persona en preocupante estado de embriaguez cuando suena "Face". Todo cambia en la estabilidad de una noche normal cuando están The Zombie Kids cerca. Su repertorio es tan trastornado como la actitud de un público entregado a la locura. La sala My Way no estaba a reventar y esto se agradeció inmensamente para la temperatura. Por allí pude ver a uno de los colaboradores de este blog, Jimmi Yorke. ¿O no? No lo sé.



Todo esto sumó una importante resaca, un agujero gracioso en la cartera, la pérdida de algún enemigo y una sudada importante. Siento a toda la gente que empujé, y a todos aquellos que se vieron perjudicados por mi participación en este concierto. Espero que la mayoría fuesen tan sumamente borrachos que no recuerden todo el mal que les pude hacer. Gracias Stealwater, gracias David y que os den por culo Zombie Kids. El año que viene nos volveremos a ver.

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