jueves, 23 de septiembre de 2010

Ebrovisión ´10

Nuestro corresponsal, Buenvarón, nos lo cuenta todo


No entrando nada más en el coche, salvo las ganas de disfrutar de uno de los últimos festivales del año, llegamos a Miranda, para mí, el primer año.

Cierto es que llevan 10 años, que siguen creciendo como festival, que luchan por que cada una de sus ediciones, en una más que discutible mala fecha, sea mejor que la anterior. Pero eso de darte el paseíto con la fresca y el destroce de la noche para llegar al camping, y las cortas instalaciones en cuanto a aseos, son una cosa que tienen que mejorar.

Eso es todo lo “malo” que tenía que decir. Es tal el buen rollo del pabellón/camping, que acabas hasta cogiendo cariño a las canastas y porterías.

La fiesta de presentación tuvo como teloneros a unos desconocidos The Wildborns y The haddock’s orphans y como sobremesa a Stay. Estaba claro que el plato principal iba a ser The Wave Pictures. Tattershal y sus continuos sólos hicieron disfrutar a la media entrada del recinto, en una noche muy lluviosa de un jueves de regalo para aquellos que no tenían que trabajar el viernes. Aunque la acústica de la sala no era la mejor, este trío inglés, con su aire sencillo y desenfadado, sigue gustando y gustándose allá donde va.

El viernes ya fue otro rollo, el camping ocupó las últimas plazas libres, y las ganas de conciertazos se notaban en las numerosas canciones que se coreaban mientras el día, que obligaba a no salir del pabellón, pasaba.
P.L.V. Havoc entretuvo a los primeros valientes que se acercaron al Multifuncional de Bayas a coger sitio y a escuchar los acordes de este guitarrista solista.
Un tempranero L.A. confirmó su tirón entre los asistentes, y su gran momento musical. Esa hora corta que duró su concierto sirvió para dar una vuelta por su disco “Heavenly Hell” y empezar a animar la noche. Second brilló por lo poco que se le iba a exigir, y lo mucho que dieron en el escenario. Estos “poperos” demostraron ser una banda a tener en cuenta y a que si sigue su evolución, estarán más arriba en los carteles.



Ivan Ferreiro continua su línea, presentando su nuevo disco con su forma tan peculiar de salir a escena, y complaciendo al público con un gran "Turnedo", uno de los momentos de la noche.
A Ferreiro le sucedieron La Habitación Roja, ¡vaya bajón! Cortaron el ritmo de la noche, dando la razón a aquellos que pensábamos que no podían estar tan arriba en este festival.



Aunque poco tardó Lori Meyers en volver a hacernos gritar y saltar. Un concierto muy movido, muy divertido, "Mi realidad", "Alta fidelidad", "Luces de Neón", todas, tocaron todas las deseadas, y alguna que otra de regalo. La banda granadina sabía que era la esperada y no defraudó.

Tras el concierto todo el mundo salió hacia los autobuses (una fiesta de canciones y saltos entre trayecto y trayecto), había que entrar en la Sala Orosco para que el final lo pusiera Optigan1 y Amable Dj. Estos en su línea, nacional, internacional, lentas, rápidas, perfecto para el fin de la noche.

El sábado, era el día esperado, tanto así que salió hasta el sol. A media mañana nos acercamos a La Fábrica de Tornillos a escuchar al grupo sorpresa, Supersubmarina. Un aforo pobre disfrutaron de realmente lo más destacable del la mañana. Un directo fortísimo, animado, haciendo vibrar al público con esta nueva ola de pop que tanto parece que está gustando. Si hubieran puesto al grupo granadino en los conciertos de por la noche, hubiese sido un gran acierto. El día pasó entre conciertos amateurs, paella, cerveza y sol. El camping ya olía a John Boy.

La noche empezó con The new Raemon y Triángulo de amor bizarro, producto nacional del bueno, que va creciendo a grandes pasos. El solista de “nuevo Ramón” abrió la noche de forma tranquila, mientras la gente iba llegando, calentando el ambiente. The heavy, bien. The new Pornographers, buen descubrimiento, aunque, para las horas que eran de la noche, demasiado tranquilos.



Acabado estos últimos había hasta nerviosismo, traducido a las muchas ganas que tenía la gente de ver a Love of Lesbian, y ahí salieron, empezando con "Allí donde solíamos gritar", y una tras otra, un gran repertorio de hora y veinte, durante la que todo el mundo no paró de gritar y saltar.




We are Standard, sin uno de sus mejores conciertos, hizo un gran cierre para este festival que no defraudó y seguirá creciendo, con carteles como este año, o eso esperamos… buff!! Un año todavía, que bajón!!


FDO: Buenvarón

1 comentario:

  1. Muy buena crónica, eso sí revisad los enlaces de los grupos.

    Un abrazo detonadero

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