Hay una infinidad de posibilidades a la hora de comenzar un disco. Puedes hacer por el inicio, por el hit, o como es el caso. Por el final. Pero no por el último track. Si no por el final del mundo. Como si no hubiera un mañana. Con el paso de las escuchas te das cuenta de que realmente es así como Luis Vasquez unido a su nueva banda, sienten la música.
Hablamos del primer larga duración de Soft Moon, que lleva por título "Zeros", y que se puede resumir como la suma de temas infrahumanos capaces de deteriorar la cabeza de cualquiera.
Soft Moon llegó por primera vez a nuestros oídos hace dos años, cuando el multiinstrumentista Luis Vasquez elaboró un EP desde su casa localizada en Oakland, dando a conocer su voluntad exterminadora con melodías feroces y murmullos tenebrosos. Vamos, el típico disco que quitas cuando tu madre entra en la habitación.
En cambio, detrás de esa envolvente oscuridad, hay un algo adictivo que soy incapaz de reconocer. Supongo que la capacidad del creador y su forma de ver la música. Su post punk con inevitables esquinazos sintetizados no descubre realmente nada nuevo. Estamos ante melodías trabajadas, con desfases en las cuerdas y sintetizadores poniendo la alternativa del ritmo.
Desde el punto de vista vocal, las canciones de The Soft Moon no son mucho más que susurros y pequeños rasgos de película de miedo, otra variante para huir del adjetivo "machacante" y postularse como una alternativa dentro del shoegaze, el coldwave o el post punk a grupos como Tropic of Cancer, The KVB o con los que parece todos estamos más o menos de acuerdo en comparar (tal vez por su merecida popularidad) A Plave to Bury Strangers.
"Zeros" son 34 minutos de canciones realmente apocalípticas y oscuras atmósferas, sintetizadores saturados y una extraña voluntad por trasladar al oyente a oscuros ecosistemas que tienen algo de adictivo. Susurros, pesadillas y claustrofobia. Todo ello para conseguir una estética perfecta a altas horas de la madrugada en un entorno superpoblado de zombies, o lo que es peor, de seres humanos que no saben si son muertos vivientes o vivos moribundos.
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