Es sucio y animal. Pero más incomprensible de lo que esperaba. Es agresivo y por momentos "maquinero", término que no se muy bien que quiere decir, pero define canciones como "Sad Eyes", absolutamente infumable si no es a partir de las 5 de la mañana con un gramo y medio de lo que te de la gana, con desconexión total.
Ahora, que el inicio de justamente la siguiente canción, "Insulin", me generó un malestar que aún no he superado. Aunque confieso que su progresión con el paso de las escuchas me gusta.
No se trata simplemente de que las expectativas generadas por la pareja de Toronto fuesen altas. Se trata del tufo a precipitación que he sentido cuando he escuchado "(III)". Mi nariz le ha dicho a mis oídos que esas canciones necesitaban alguna vuelta más, para encontrar el impacto al que estamos acostumbrados.
En general, todos los temas necesitan algún tipo de esquizofrénia controlada. Necesitan un giro ilógico o una ráfaga alérgica con la que me siento más identificado respecto al grupo.
"Plague" sirvió de tema de adelanto y es la canción que abre el disco. "Wrath of God" es la mejor canción de todo el LP, bajo nuestro humilde punto de vista... y poco más nos parece digno de ser destacado.
Ahora bien, tengo que reconocer una cosa. Los discos que no me gustan de otras formaciones soy incapaz de escucharlo con cierta regularidad. "(III)" en cambio, siendo un disco que no me hace demasiado, quiero escucharlo esporádicamente. Y es que "(III)" de Crystal Castle para mí, es como el Tomaco de la familia Simpsons para el Jefe Wiggum.
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