Hace dos años recibí la recomendación de White Lung, un grupo canadiense (exactamente de Vancouver) que lleva en la brecha ya 6 años. Por entonces, mi gusto musical era más agresivo que ahora, y la forma en la que mi cabeza acogía el punk era mucho más abierta y receptiva, y su disco homónimo hizo echar humo a mis altavoces.
Ahora, White Lung publica nuevo LP que lleva por título "Sorry", y la línea musical es prácticamente la misma, pero mi actitud no se parece demasiado. Ahora me cuesta mucho más admitir sus guitarras, sus desgarradoras voces, y me parece más esquizofrénico y sombría que nunca.
Pero aquí no hacemos las reseñas para explicar los posibles problemas de vejez que tiene los autores de estas reseñas, si no que analizamos la música realizada. Y lo primero que debemos destacar es la explosiva voz de la cantante Way Mish, quien con su hostilidad vocal pone el fuego que prende la mecha de la música de los canadienses.
La indudable decadencia del estilo punk en nuestro país, no concuerda con la efectiva recepción que tiene al otro lado del Atlántico. Allí, grupos como White Lung tienen un espacio importante, que últimamente las mujeres mantienen al pie del cañón. Y White Lung está formado por 3 féminas vitalistas y un caballero bien acompañado.
La brevedad de las 10 canciones está claro que convierte sus temas en cortes directos, que no tienen tiempo de lucir rodeos ni entretiempos. Dopan cada uno de sus guitarrazos consiguiendo saturar los temas con mucho gusto. Las canciones desbordan al oyente, uniendo además de los detalles mencionados, una percusión que roza lo delictivo, por lo constante y a su vez sólida que me ha parecido.
Todo ello sumado, finalizamos la reseña indicando que White Lung no debe ser el único grupo del mundo con una voz femenina dura, una guitarra que concluyo como poderosa y una batería constante que logrará mover las melenas de sus seguidores. Esta reseña no está destinada a hacer sentir al abajo firmante más joven, ni a conseguir que los lectores descubran un nuevo grupo exclusivo. La finalidad es, sobre todo, no dar la espalda al punk, sufrir su perseverante reiteración e, incluso, reengancharnos.
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